El museo de Pérgamo, Berlín

El museo de Pérgamo es uno de los grandes museos de Europa, junto con El Prado, El Louvre, el British Museum y el Ermitage.

Se encuentra situado en la isla de los museos, en el centro de Berlín y su principal reclamo es el impresionante altar de Pérgamo, arramblado enterito por los alemanes. De hecho si uno va a visitar hoy Pérgamo, en la actual Turquía, no se encontrará gran cosa porque lo más interesante está en Berlín. Nuestra visita al museo se produjo porque hacíamos una escala en Berlín de 7 horas, por lo que decidimos aprovecharlas visitándolo y dando una vuelta por Berlín. Para ganar tiempo cogimos un taxi desde el aeropuerto que nos cobró 25 euros hasta la puerta del museo. También existe una línea de autobús que desde el aeropuerto te deja muy cerca del museo. Fue lo que utilizamos nosotros para volver al aeropuerto.

Exterior del muso

Cuando llegamos había una cola considerable pero avanzaba con bastante rapidez y  no tardamos mucho en comprar las entradas. Tras sacar la entrada y acceder al edificio, lo primero que nos encontramos es la gran sala donde está el altar de Pérgamo, de dimensiones colosales. Realmente no se trata de todo el altar, sino tan solo de la fachada. A lo largo de las paredes opuestas de la sala se encuentran expuestos frisos del altar. Como el altar es tan grande no importa realmente que haya mucha gente en la sala porque hay altar para todos.

Museo de PérgamoRelieves del altar

A la izquierda del altar nos encontramos con otra gran sala donde está otra de las estrellas del museo: la gran  puerta del mercado de Mileto, que también se trajeron piedra a piedra desde Turquía. En Mileto solo dejaron el teatro griego y 4 columnas aisladas en medio del campo. De hecho es un poco descorazonador si os acercáis hasta allí (nosotros lo hicimos en nuestro viaje por Turquía, echadle un vistazo). La puerta del mercado nos permite hacernos una idea de la grandiosidad de la ciudad de Mileto en la antigüedad. Como curiosidad comentaros que la puerta estuvo a punto de ser destruida por un bombardeo aliado en la 2ª Guerra Mundial, pero por suerte una bomba cayo delante de ella y no sobre ella.

Puerta del mercado de  Mileto

Una vez que dejamos las salas del arte griego, podemos pasar a ver la otra gran atracción de este museo: la puerta de Istar de las murallas de Babilonia, descubierta por los alemanes y llevada allí ladrillo a ladrillo. ¿En una palabra? Impresionante, miles de años la contemplan, sabemos que está restaurada pero aún así te quedas sin palabras viendo esa puerta de ladrillos vidriados azules por la que debió de pasar Nabucodonosor. Además de la puerta hay varios mosaicos babilónicos de ladrillo vidriado que decoraban la puerta y a vía de las procesiones, la principal  via ceremonial de Babilonia.

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Una vez visto esto el resto del museo no parece gran cosa, aunque hay varias salas más interesantes  de arte hitita (aunque varias de las piezas que se exponen son réplicas), asirio  y neohitita.

En el museo también dispones de consigna para dejar mochilas, maletas, una pequeña tienda, una cafetería y un pequeño puesto donde se venden salchichas, sándwiches que se pueden tomar allí dentro, lo que nos permite comer algo sin necesidad de salir del museo

Si te has leído todo esto supongo que no será necesario decir esto, pero es un museo para amantes de las piedras y de la historia, como es nuestro caso. Si tú también eres uno de esos no dudes en visitarlo si tienes oportunidad, aunque solo fuera por el altar y la puerta de Babilonia ya merecería la pena

Visitar Mathausen

Mathausen está a medio camino de Viena y Salzburgo, sobre hora y media desde Viena. Si vais en coche, para llegar el campo desde Viena hay que salir por la autopista A1 dirección Linz/Salzburg y salir en  la población de Enns y el rotulo a seguir está indicado por la dirección a KZ Gedenkstatte.

No está muy bien indicado, se ve que a los austríacos no les hace mucha gracia esa parte de su pasado y no lo publicitan mucho. Hay que andar con ojo, porque en Austria muchas veces las señalizaciones en las carreteras secundarias te las encuentras encima, sin tiempo a desviarse

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La entrada nos costó dos euros. Hay un gran parking fuera para dejar el coche (cuesta 1 euro). A la entrada hay una tienda donde puedes comprar libros sobre la historia del campo (los hay en español) y una pequeña cafetería.

Nosotros lo visitamos en agosto y había muy poca gente. Una de las cosas que más impresiona es el silencio que hay, nadie habla en voz alta , y todo el mundo lo ve con mucho respeto. Una vez cruzada la entrada del campo, te encuentras con el patio central, donde puedes ver las argollas y grilletes fijados a la pared donde encadenaban a los presos y las placas colocadas por países, antiguos presos y ex-combatientes recordando a los muertos allí. Se ha conservado una calle con los barracones, a los que se puede entrar y allí ver el escaso mobiliario que había y uno se puede imaginar las condiciones de hacinamiento que sufrió allí la gente. Uno de los lugares más emocionantes es uno de los barracones vacíos donde están todas las banderas de los países a los que pertenecían los presos  y diversas placas conmemorativas. En el caso de España está la bandera republicana. En un extremo del campo hay una serie de monumentos erigidos por diversos países en homenaje a las víctimas.

Aunque Mathausen no fue un campo de exterminio, sino de trabajo, sin duda, uno de los lugares más estremecedores es el edificio donde estaba la camara de gas, con aspecto de duchas, y el horno crematorio donde se deshacían de los cadáveres. Uno sale con muy mal cuerpo de allí. En la entrada hay placas de familias españolas recordando a sus parientes muertos allí.

 

Otro de los lugares estremecedores es la cantera de la muerte, con su gran escalera tallada en piedra en la ladera del monte y por la que los presos subían varias veces al día , con temperaturas bajo cero y cargados con un gran peso de piedras, con el riesgo de resbalar por culpa de los escalones helados y precipitarse al vacío. Uno de los entretenimientos de las SS consistía en arrojar a alguno de los presos al vacío para ver como “volaban”. Por último, para completar la visita hay una gran exposición donde podemos ver una explicación sobre los campos nazis, con gran cantidad de fotografías tomadas en el campo y de objetos de los presos y del día a día que nos ayudan a comprender la tragedia que se vivió allí.

 

En resumen, creo que es una visita que se debe hacer, aunque a nadie le resulte agradable, y que sirve para recordar lo que sucedió en un lugar donde murió un gran número de españoles republicanos

 

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Curiosidades turcas

  • Los turcos disfrutan charlando, nada les gusta más que preguntarte por tu vida, si estás casado, si tienes hijos, en qué trabajas…

  • El turco al volante no cede el paso, se mete y ya pararán.

  • En los mapas de carreteras verás que hay autopistas y autovías. Las autovías son como nuestras carreteras nacionales (con peor asfalto) pero con dos carriles en cada sentido y una mediana, pasan por el medio de los pueblos, tienen cruces y se puede cambiar de sentido . En fin, que no son autovías, pero por lo menos los carriles están separados.

  • La gasolina está mucho más cara que en España, que ya es decir.

  • Las autopistas se pagan con una tarjeta que compras en los bancos y que hay que cargar con un mínimo de dinero. Pero cuando dejas Estambul por autopista ya te encuentras justo antes del peaje una oficina bancaria donde puedes comprarla. Al final te quedará con dinero metido porque los peajes son muy baratos.

  • Son muy patrióticos, su bandera está por todos lados (igual que Attaturk).

  • Disfrutarás más del bazar de las especias que del gran bazar, es mucho más auténtico, el gran bazar está mucho más enfocado al turista.

  • Si quieres coger un crucero por el Bósforo no cojas ninguno para turistas, coge el barco de línea que funciona como un autobús. Harás un recorrido por el Bósforo justo hasta el mar Negro, allí hacen una parada de un par de horas en un pueblo y luego vuelves en el mismo barco.

  • No dejes de probar los bocadillos de pescado que sirven desde un barco al lado del puente Gálata, están riquísimos y son muy baratos.

  • Si quieres hacer el friki sácate una foto vestido de sultán en el puesto que hay para eso en la Gran cisterna.

Comida china

Lo primero de todo, si viajáis a China pensando que os va a gustar su comida porque soléis ir al chino de vuestro barrio y os gustan los rollitos de primavera y la ternera con salsa de ostras olvidaos. La comida china que tomamos aquí no os la vais a encontrar allí, porque China es muy grande y lo que comemos aquí es típico de una región muy concreta y allí no lo encuentras por ningún lado.

Dicho esto, vayamos al tema: ¿qué hay para comer?

Si no desayunas en el hotel tienes dos opciones: o bien desayuno chino puro y duro de toda la vida, es decir, sopa de fideos humeante o dumplings (bolas de masa de carne o verdura) mojados en salsa de soja; o bien te metes en un McDonald´s, KFC o al Dico´s, su equivalente chino, y te metes una hamburguesa con patatas fritas y coca cola a las 8 de la mañana o un cubo de alitas y zancos de pollo frito porque, por si no lo sabes en China los McDonald´s están abiertos por la mañana temprano y lo que es peor ¡están abarrotados de chinos desayunando macmenús! (y también durmiendo). Hemos visto a padres dándoselo para desayunar a niños pequeños (también lo toman ellos).

Superado ese trauma, llega la hora de la comida, ¿dónde comemos? ¿picamos algo en un puesto callejero? Hazle caso a tu olfato, la carne a la intemperie en agosto y con 40º no puede estar muy buena. Además procura que no sea algo frito, porque el aceite lo han usado unas cuantas veces. Lo mejor es comer algo de carne a la parrilla, los pinchos los hay por todos lados y están buenos, o algún plato de verduras, que son muy baratos. ¿qué no te seduce el plan y quieres ir a un restaurante? Si tienen suerte tendrán una carta con fotos, si no es así a jugársela porque ellos no hablan ni papa de inglés, nada, ni water, ni coke, ni rice, ni nada. Pongamos que tienen fotos, desconfía de ellas, los platos tienen un tono verde pero luego llegan y son rojos porque llevan ¡guindilla! (y si son verdes es porque llevan guindilla verde, ¿qué te creías?). La usan bastante, especialmente si vas a la región de Sichuan, donde es el producto típico y es imposible pedir un plato que no lleve guindilla en cantidades industriales.

Bien, ya has comido, te apetece tomarte un café ¿verdad? Pues lo llevas crudo, ellos no toman y tu única posibilidad es ir nuevamente al McDonald´s y pedir uno mientras lo señalas en la foto. Tardaran un poco, porque a veces nos encontramos con que no sabían hacerlo y tenían que llamar a alguién. En una pizzería pedimos un capuccino (estaba en la carta) y tras 15 minutos para traerlo hasta salió la cocinera para preguntarnos como estaba. Cuando le dijimos que muy rico se volvió contentísima para la cocina. Se ve que era el primero que hacía en su vida. Además suele ser caro para lo que son los precios chinos.

Hace calor ¿nos tomamos un helado? En la Ciudad Prohibida venden polos baratísimos de leche, de melón y de ¡guisantes! Y la verdad es que están ricos.

Llega el momento de cenar, aplícate lo mismo que en la comida. En Pekín una buena opción es ir a los puestos de la calle Wanfujing, los primeros son los más llamativos, con pinchos de estrellas de mar, caballitos de mar, escorpiones e insectos. A los chinos les llaman tanto la atención como a nosotros y no paran de sacarles fotos, porque se ve que se deben de comer solo en una región muy concreta de China. Al final los que acabamos picando somos los guiris y debo decir que el pinchito de escorpión a la brasa está rico, aunque el de caballito de mar no os lo recomiendo porque está un poco seco. En el resto de puestos encontrarás pinchos de carne, dumplings, verdura, cabezas de pollo y alguna cosa rara más. No les hagas mucho caso a los vendedores de los puestos porque antes de que te des cuenta ya te han puesto un plato de algo.

Pinchos chinosPinchos chinos

Abramos una sección ahora para la comida durante los viajes: el chino si no come se pone nervioso. Si viajan en bus o en tren, los verás con grandes bolsas de plástico e incluso maletas llenas de comida envasada al vacío, que venden en los supermercados y en las tiendas de las estaciones de tren y autobús: huevos verdes, tallarines con tomate, pata de pollo (no me refiero al zanco)… todo envasado al vacío y frío. A los 5 minutos de empezar el viaje ya están abriendo las bolsas y empezando a comer, que suele consistir en chupar los envases para sacar la comida. En el caso de la pata de pollo, luego escupirán los huesos., por supuesto. Otro producto estrella son unos cubos que venden donde van los ingredientes para las sopas que les encantan, y cuando van en tren los abren y les echan agua caliente que sale de un grifo del vagón y en un momento ya tienen su sopa. Estos cubos ya los he visto en algún supermercado español últimamente, aunque mucho más pequeños que los que se toman los chinos.

Además de esto en todos los trenes pasan con carritos vendiendo fruta buena muy barata.

En resumen, mucho picante, muchos dumplings, mucha sopa, mucha comida envasada al vacío y nada de rollitos, ni de arroz tres delicias. Pero eso sí, te partirás de risa y todo te llamará la atención. A disfrutarlo.

Curiosidades chinas

  • Cuando llega el calor agobiante la moda masculina consiste en remangarse la camiseta hasta la mitad del pecho.

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  • No hay nada peor que un chino con mala hostia.
  • El chino hace básicamente dos cosas continuamente: escupir y comer.

  • Viajan siempre con grandes maletas o con bolsas de plástico llenas de comida envasada al vacío: patas de pollo, huevos verdes, tallarines con tomate, salami…

  • ¿Creías que nosotros estamos enganchados a los móviles? Espera a ver a los chinos.

  • Están siempre muertos de sueño: una de dos, o les gusta mucho dormir o madrugan mucho.

  • Mira para sus zapatos, no tienen desperdicio.

  • Los bebes y los niños pequeños llevan pantalones con agujeros en el culo para poder hacer sus necesidades. Lo de los pañales no se lleva mucho.

    Moda chia infantil

  • Serán comunistas, pero también muy muy consumistas.

     
    Moda china infantil
  • Los buenos modales no es su fuerte: gritan, empujan, escupen…

  • No guardan colas, se cuelan con el mayor descaro del mundo, por cada chino que guarda una cola, cinco se cuelan.

  • No tienen sentido del ridículo.

  • En el metro de Pekín hay gente encargada de empujar para que entre más gente en los vagones y gente sentada en una silla mirando para las escaleras mecánicas. ¡Así se acaba con el paro!

  • Hay una obsesión por la seguridad: scanners al entrar en cada estación de metro, de tren, al entrar en los aeropuertos, te abren las maletas y las mochilas si las dejas en consigna, etc.

  • No se van a cortar, se sacan fotos contigo, te das cuenta de que te sacan fotos a ti, te observan…

  • Agosto, 40º, pero para un chino donde está una buena sopa humeante con fideos que se quite todo.