Nuestro penúltimo día en Myanmar. Hoy decidimos tomarnos el día más de relax y no ir a Mingun (el barco salía a las 9:30), así que no madrugamos mucho y después de un buen desayuno en el hotel nos fuimos andando a visitar el Palacio Real.
Como ya os dijimos anteriormente, el foso del palacio tiene una longitud de 2,5 km en cada lado y nosotros para llegar a la única entrada para turistas teníamos que recorrer casi un lado y medio, o sea que nos llevó un buen rato de paseo.
El recinto donde se encuentra el Palacio es enorme pero está ocupado casi en toda su totalidad por el ejército, con una enorme base. Vamos, que salen desde ahí para reprimir cualquier protesta en la ciudad. A la entrada al recinto amurallado los militares nos pidieron las entradas (la visita está incluída en el ticket conjunto de Mandalay que cuesta 10.000 kyats y que permite visitar Sagaing, Inwa o el monasterio de teca) y caminamos por una carretera arbolada a cuyos lados están las casas de los militares y de la que no te puedes salir hasta llegar al centro exacto del recinto donde está el Palacio Real.
El Palacio Real tiene un esquema parecido a la Ciudad Prohibida de Pekín, aunque aquí los edificios son de madera y no de piedra y mármol. Además, resultaron bastante destruídos durante la II Guerra Mundial y lo que hoy se puede ver es en gran parte una reconstrucción realizada por el gobierno.
Habíamos leído las opiniones de bastante gente de que la visita no merecía la pena pero, con todo, y aunque los edificios están vacíos, resulta una visita muy interesante y creo que merece la pena. Cuando salimos y como ya era la hora de comer fuimos al Café City (casi enfrente de la entrada) y comimos allí una ensalada y unas hamburguesas. A continuación fuimos a visitar el monasterio de teca, que originariamente estaba dentro del recinto de palacio, y que está muy próximo, en el barrio de los monjes budistas. El monasterio es precioso, una obra de arte de madera tallada impresionante y en cuya sala principal, llena de columnas de madera, se encuentra un Buda muy bonito.
Después de visitarlo, a la salida, cogimos un taxi para subir a la colina de Mandalay, desde donde puedes ver unas bonitas vistas de la ciudad y de todas las stupas que se encuentran alrededor de la colina.
Para bajar la colina, ya lo hicimos caminado, y menos mal que no subimos andando, porque es bastante trecho y con bastante pendiente, aunque nos cruzamos con mucha gente que subía caminando. Se ve que es un lugar habitual de la gente de Mandalay para pasear y hacer ejercicio.
Al llegar a la base de la colina nos cogimos un taxi que nos llevara hasta el hotel porque ya teníamos un dolor de pies considerable y no podíamos más.
Cuando ya estábamos en el hotel pusimos la televisión y vimos que en la BBC estaban informando del atentado que había causado bastantes muertos en Bangkok, nuestro destino del día siguiente, con lo que nos pegamos a la tele para saber lo que iba pasando, preocupados un poco por lo que nos íbamos a encontrar y por la seguridad en la ciudad.
calcetinesviajeros.wordpress.com 